La República Mexicana destaca por su intensa actividad sísmica y volcánica, consecuencia de su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico. Este país se encuentra en la intersección de varias placas tectónicas, incluyendo la Placa Norteamericana y las placas de Cocos, Rivera y del Pacífico.
En la región de Mesoamérica, que abarca México y Centroamérica, la actividad tectónica es especialmente alta debido a la subducción de la placa de Cocos a lo largo de la Trinchera Mesoamericana. Además, la tectónica es compleja en el sur y oeste de México debido a la subducción de la placa de Cocos bajo las placas de Norte América y del Caribe.
Estadísticas y zonas de riesgo
México es uno de los países más sísmicos del mundo, con más de 90 sismos registrados al año con magnitudes superiores a 4 en la escala de Richter, representando el 60% de los movimientos telúricos globales. Los estados con mayor riesgo sísmico y donde ocurren sismos de gran magnitud son Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Estado de México y Veracruz.
Impacto y riesgo sísmico en la Ciudad de México
El riesgo sísmico se define como la probabilidad de ocurrencia de un sismo que cause pérdidas o daños en un área específica. En la Ciudad de México, este riesgo varía según la cercanía a fallas activas, el tipo de suelo y la vulnerabilidad de las construcciones. La heterogeneidad del suelo y la diversidad de asentamientos humanos influyen significativamente en el riesgo sísmico de la ciudad.
Sismos relevantes en la historia de México
- Sismo de 1979 en Zihuatanejo: Con magnitud 7.6, causó la caída de tres edificios en la Universidad Iberoamericana y afectó alrededor de 600 inmuebles.
- Sismo de 1985: Con epicentro en el Océano Pacífico, frente a la desembocadura del Río Balsas, causó la mayor devastación urbana del siglo en México, con aproximadamente 6,000 muertos según cifras oficiales.
- Sismo de 2017: Con magnitud 7.1, localizado en el límite entre Puebla y Morelos, causó graves daños en la Ciudad de México y la pérdida de numerosas vidas humanas.
La historia sísmica de México sirve como recordatorio constante de la importancia de la preparación y la prevención ante eventos naturales de esta magnitud.